En el fondo, las giras siguen siendo lo mismo para mí. Han pasado muchos años desde mis primeras veces, este mismo blog está lleno de anécdotas sobre ellas. La intensidad de los primeros días, el tambaleo de los días 4-5, el superar la barrera y darte cuenta que podrías girar sin parar durante mucho tiempo.
Me gusta la carretera y me gusta el rock. Me gusta dormir en casas de amigos. Me gusta tomarme unas cervezas. Me gusta ver buenos conciertos. Me gusta motivar a las bandas para que cada noche sean mejores. Me gusta cuándo conozco mejor a las personas que integran los grupos. Me gusta sentirme útil detrás de la mesa de sonido.
Me he propuesto no girar en lo que queda de año y seguramente lo cumpla. Pero ésta es mi forma de vida, la que yo elegí, y no creo que pueda dejarlo por mucho tiempo. Lo necesito. En cierta manera, mis ganas de vivir vienen de lo que me gusta, y estos días con Viva Belgrado me están recordando qué es lo que me gusta y qué es lo que no debo dejar de hacer si quiero seguir adelante.