Al final pude ver «Ciutat Morta«.
Recuerdo, hace ya muchos años, conocer la muerte de Patricia a través de los medios alternativos. No recuerdo cómo llegué allí, pero sí recuerdo, como si fuera ayer, la sensación de estremecimiento, rabia e impotencia que sentí al leer un completísimo artículo dónde se explicaba su muerte y parte de la historia.
El sábado, al contarle la historia a una amiga, me dijo: «Debías ser de los pocos que conocían la historia«. Y en ese momento, me sentí cómplice del sistema. Lo callé como hizo mucha gente. No escribí en mi blog. Ni en mi Facebook. Nunca me preocupé de seguir los datos que seguían saliendo ni de ayudar a dar voz a los implicados. En definitiva, cayó en mi olvido personal hasta que la televisión lo devolvió al primer plano.
Me prometí que no volvería a pasar. No dejéis de ver la película ni de intentar descubrir los muchísimos 4Fs que siguen abiertos en ésta y otras ciudades.