Llevaba bien el confinamiento, creo que por haber encontrado el equilibrio entre la familia, mi trabajo y yo mismo. Me duró una semana. Desde hace unos días todo eso se ha derrumbado. No disfruto tanto enseñando a mi hija, he perdido toda la energía inicial, en mi trabajo aquello que me ilusionaba se ha caído por completo y el horizonte se otea difuso, oscuro. Estoy triste.
No sé en que momento pasó. Imagino que leer las noticias a diario no ayuda. Creo que hubo un momento, hace semana y pico, que creí que acabaríamos con esto rápido. Seguía los casos de mi lugar de origen, Catalunya, y los veía descender. De pronto, un día se duplicaron y desde entonces, los sube y baja han sido constantes. Eso me despistó, y al mismo tiempo, me alarmaron sobre el posible final de esta pesadilla.
Y es que, como todos, en esta época de shock uno intenta pensar positivo y pensar que pasará pronto y que todo volverá a ser como antes. Desde hace unos días, empiezo a tener claro que todo eso es mentira. Nada volverá a ser como antes por mucho tiempo, más del que pensamos. Quizá sea nunca. Y eso hace que toda la parte creativa que tiene que ver con mi curro se haya venido abajo.
Porque, ¿qué sentido tiene trabajar con la mente puesta en septiembre cuándo intuyes que en septiembre nada habrá cambiado a mejor? Cuándo trabajábamos para marzo / abril no teníamos datos de esta catástrofe y la ilusión era imparable, pero ahora sí, ahora vemos que el proceso de recuperación será un infierno en si mismo. Hoy el gobierno ha anunciado que desde el 13 de abril, se volverá a la situación previa a este «confinamiento total» que vivimos.
Yo he salido 4 veces a comprar en 26 días, la media es una vez cada 6 días y medio. Desde la primera vez a la última, cada vez más gente en la calle. Desde el lunes, con tanto trabajador (al final serán los que se expondrán más) en la calle, será más difícil controlar al virus. En todo este tiempo, el país no ha controlado la epidemia y reabrir las calles a tantísima gente me parece un grave error que sólo se entiende bajo parámetros económicos.
Estos errores traerán muertes y sumarán días, semanas o meses a la vuelta real a la normalidad. Yo soy técnico de sonido, trabajo en una sala, consigo mi sueldo en los conciertos. Cada vez resuena más fuerte en mi cabeza que hasta el año que viene no volverá a haber conciertos. Y eso siendo positivo, pensando que algún día aparecerá una vacuna, un tratamiento, un algo que evite los futuros brotes que seguirán habiendo en este país si las medidas siguen siendo las que son.
Me reconozco afortunado por muchas cosas: vivo con mi familia (aunque echo de menos a mi madre y sufro por ella porque está sola), nuestra casa no es pequeña, entra el sol, tenemos una azotea dónde podemos ir cada día a tomar el aire, no nos falta la comida … Pero hay algo que no marcha. Debe ser la incertidumbre, no lo sé.
Hoy he buscado «síntomas de depresión» en Google, por primera vez en mi vida. Sé que no estoy ahí, también sé que necesito ver más allá de la niebla. Despejar el horizonte. En ello estamos.
Ah, y que pena haber perdido las ganas de escribir bien. Eso es algo que necesito recuperar. Todas las mierdas escritas estos días no me representan.
No Comment