No fuimos a Piera, no. La responsabilidad nos hizo quedarnos en casa desde el día que nos dijeron y aquí seguimos, miércoles. Van 5 días de encierro total, salí el domingo a comprar fruta y el pan y no he vuelto a pisar la calle.
No sé vosotros pero yo me encuentro mal. Me levanto con frío, malestar general, y habitualmente con dolor de articulaciones. Vivo con acojone total a tener el virus, pero creo que es el estrés. En realidad no es por mí, es por la peque. Ella no entiende nada, y de momento llora casi cada día. Unos días preguntándose porqués, otros por no querer hacer cosas de «provecho». ¿Tiene sentido cumplir horarios, hacer deberes y aprender cuándo los sentidos están tan atrofiados? Tengo dudas. Nos faltan muchos ratos de diversión, de estar relajados, de sentirnos vivos de nuevo. Hemos de trabajar en recuperar eso.
Me he prometido que cuándo me sienta bien y sin dudas físicas, haré todo lo posible para que el ritmo en casa sea bueno y aunque nos permitiremos bajones, claro, que al finalizar el día la sensación sea mejor de la que es ahora. Insisto, por si algún día muero, que todo es por la peque. Todo. Hasta el miedo infinito.
No Comment