Faltaban cosas por aterrizar. El sábado decidimos ir al Lemon Day, era la última edición y queríamos que fuera el primer festival de Jazmín.
Desde la llegada y los primeros abrazos con los amigos y amigas allí presente, mi emoción fue imparable. Habíamos llegado a casa, la familia nos había acogido, ya habíamos visto a algunos amigos, pero ese momento era el definitivo, música en directo, amigas/os por todos lados… y Jazmín por allí. Supongo que necesitaba ver que todo podía ser como antes con ella aquí. Y no solo era como antes, era aun mejor.
Me hacía mucha falta subirla en brazos, con los cascos en las orejas y riéndonos como si no hubiera un mañana.
Otro paso más.
No Comment