Otra sala de espera. Una más en demasiado poco tiempo.
Hoy la mala y la buena suerte se habían citado a la misma hora. Combate a cara de perro. Un grito alertó del peligro, un brazo salvó del impacto y la buena suerte dejó el lugar con una sonrisa propia de las vencedoras.
Me alegro de su victoria, aunque el drama haya estado cerca.
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