Steve Jobs se muere. No hace falta ser adivino para saber que su abandono de la dirección de Apple es tan sólo una antesala de su muerte física. Lo pensé desde el primer momento, y las fotos publicadas hoy en EEUU no hacen más que confirmarlo. Imagino, con cierta tristeza, que su vida no se alargará más de 15-30 días. Espero que su final sea sin sufrimiento, por supuesto.
El co-fundador de Apple, junto a Steve Wozniak, dejará un legado difícil de superar, de igualar, incluso de que alguien se pueda acercar. Su historia al frente de la compañía de la manzana es casi de película. Tras sacar el primer Mac, fue despedido por la junta directiva que él mismo había formado, y a su vuelta comenzaron los éxitos. Sin duda un acto de justicia casi poética.
Probé mi primer Mac durante mi curso de técnico de sonido en Microfusa. Lo recuerdo como si fuera ayer. Descubrí el Logic, y me sorprendió lo sencillo e intuitivo que era todo. Incluso recuerdo buscar dónde estaba la ‘torre’ que se conectaba a esa pantalla… no había, claro. Mi primer Mac fue un portátil que aun tengo y utilizo (4 años después), con el que realicé mi primer video, un trabajo de 45 minutos sobre mi boda con Núria. En mi PC, hacía videos de 3 minutos que tardaba horas y horas en renderizar. Con el Mac, la peli de 45 minutos fue coser y cantar. Sin un sólo cuelgue.
Desde ahí, he ido incorporando productos de Mac a mi vida, sin necesidad de caer en la tontería ni la modernidad (no tengo ni Ipad, ni Ipod, por ejemplo). Cambié mi Pc en el trabajo, con su windows y su outlook, por mi portátil, con su Mac OS anticuado y su programa Mail. Me hice una cuenta Me.com que mejoró mi conectividad hasta niveles que no creía posibles. Y cambié el ordenador de casa por un IMac. Al principio, la idea que tenía y me habían vendido era que los Mac eran sólo para diseñadores, que eran muy caros, que no había programas suficientes, que todo era muy difícil. La vida me acabó demostrando lo contrario. Aun siendo informático, aprendí que había vivido engañado por los PCs y sus cuelgues y chorradas mil. Lo siento, pero no concibo mi vida laboral ni personal (a nivel informático, claro) sin un Mac.
El cerebro de todo esto ha sido Steve Jobs. Es una persona y un empresario que admiro. No sólo por lo descrito antes, por haberme facilitado y mejorado muchas tareas en la vida, sino por la forma en la que lo ha conseguido. A veces, las formas son más importantes que todo lo demás. Hay un video, que imagino habrás visto, de una conferencia en la universidad de Stanford, que habla claro sobre la personalidad e ideas de Jobs. Es éste:
Me hubiera gustado conocer a Steve Jobs. Lo imagino como una persona tremendamente atractiva a nivel laboral, personal e intelectual. Hay muy pocas personas así. Por eso, con su adiós a Apple, dudo que la compañía pueda seguir siendo la misma, a pesar de que sus esfuerzos en los últimos años habrán estado enfocados hacia ese punto. Nada es igual sin personas así, nada. Por eso, cuándo conoces a gente así, es importante darte cuenta lo más rápido posible para aprovechar tu tiempo junto a ellas, aprender, disfrutar y vivir. Ver.
Por mi parte, gracias Steve Jobs. Y hasta la siguiente.
1 Comment
Comparto todo lo que dices Sergio… Nos va a quedar un gran vacío que dudo que alguien pueda rellenar….Una auténtica pena…
Un saludo.