Y llegó el día… daba miedo, la verdad. En la mente, por un lado el listón muy alto de los bolos vistos allí, por otro el alien (lo:muêsico) que nunca me había visitado y que me tuvo todo el día con diarrea.
A la hora de la verdad, todo fue más fácil de lo pensado. La sala suena sóla, es de verdad. Cualquier mínimo movimiento se nota, cualquier cambio es preciso, y la verdad, es más dificil hacerlo mal que hacerlo bien. La mesa, la PM5D, con la que me estrenaba pero con la que hice amistad en tan sólo unos minutos. Que sencilla y que efectiva!
Las pruebas funcionaron a la primera, casi desde el primer tema. No hubo mucho que cambiar, sólo disfrutar. Y en el bolo, pues el volumen rozando los 102/104 db´s de presión, y una contundencia y claridad que yo nunca había podido conseguir. Unos graves de lujo, y unas guitarras que se hacían monstruos de grandes.
Para mi recuerdo, ver la gente salir de la sala. Uno tras otro, felicitarme, algunos con caras de flipados, como si hubieran visto algo enorme. Yo creo que fue enorme. Y espero repetir muy pronto porque trabajar allí es como trabajar en el paraiso.
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