El finde pasado estuvimos en Manchester. 12Twelve tocaban en el Festival Internacional de Jazz de la ciudad, y como la oportunidad la pintan calva, para allí nos fuimos.
Manchester no es excesivamente bonita. Tiene una parte industrial con puentes y abundante agua muy interesante, pero el resto no vale mucho. Aun así, lo más destacado es la gente… los ingleses. Hemos podido comprobar que, la mayoría, son unos pueblerinos de mucho cuidado. Como si más allá del mar no supieran que hay mundo. Son muchos los ejemplos y pocas las ganas de contarlos, pero hemos venido de allí con un odio importante hacia ellos.
El caso es que el festival estuvo bien. Tocamos aquí:
Sitio pequeño, con un equipo mínimo mínimo, y la mesa de sonido detrás del escenario! Los 12Twelve ya confían en mí como técnico (algo que me gané con el concierto de Les Basses, para mí mi mejor bolo hasta ahora), pero ese día tuve que sonorizar con cascos… lo nunca visto. El equipo no tiraba y sonó flojito, más jazz que nunca, y aun así, y a pesar de los muchos imprevistos, entre todos sacamos el concierto adelante y cayó algún fan que otro. Eso siempre viene bien para la moral.
Poco más que contar. Hubieron bastante risas (especialmente en el H&M y en el aeropuerto de vuelta) y unos paseos reconfortantes a deshoras por una ciudad en la que, o mucho cambia el mundo, o no volveremos más. Siento mucho que nuestros geniales anfitriones (con Kepa a la cabeza) tengan que vivir allí…
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