La habitación del ocio, o la habitación dónde un día hubo una empresa, sigue con la maldición.
Ayer me dieron el amplificador de la cadena ‘arreglado’, lo puse y funcionó… Emoción. Esta mañana, al igual que pasó la otra vez, he vuelto a probarlo y ya no funciona de nuevo. Es un bajón enorme.
Ahora me toca ir a Aiwa a ver si siguen reparando cadenas de los 80… que mala suerte.
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