Las Fiestas del barrio de Gràcia son una de las fiestas más importantes del país, y el barrio, uno de los mejores del mundo. Esa es una de las razones por las que vivimos allí.
Pero en las fiestas, hay una serie de ‘personas’, los pseudo-okupas, que están empeñadas en mancharlas y convertirlas en otra cosa diferente a lo que son.
Les llamo pseudo-okupas porque no son okupas. Son pequeños terroristas que buscan la violencia gratuita, sin otro motivo que liarla cuanto más grande mejor. Sólo así se entiende su afición a volcar y vaciar containers, papeleras, quemarlos, romper botellas en la calle, montar escandaleras a horas intempestivas…
Llevamos 3 noches sin dormir, aunque esta última noche ha sido brutal. Hemos visto desde el balcón, en directo, la persecución y la lucha, con lanzamiento de señales, botellas, … Y esta mañana, al salir al trabajo, el estado de Gràcia era dantesco. Llevo en mi cámara una serie de fotos que intentaré colgar esta tarde, para que podais ver la realidad de las fiestas, esa cara oculta que no sale en los periódicos y que se intenta ocultar.
No creo que los pseudo-okupas sean muchos más de 300, pero hacen demasiado ruido. Y manchan nuestro barrio y la intención de las fiestas. Somos un barrio diferente, todo el mundo lo dice y todo el mundo lo sabe. Y las fiestas eran algo diferente. Ahora ya parece los Sanfermines, todo el mundo borracho y armando escándalos…
Yo, personalmente, ya no los quiero allí. Si hay alguna forma de expulsarlos del barrio, que lo hagan. Me dan asco, la violencia por la violencia no tiene sentido. Sí que quiero en el barrio a los okupas de verdad, a esos que cogen locales y los rehabilitan, y los convierten en centros sociales de puta madre. Como sigue pasando en Francia, en Alemania, en Suiza… Pero de esos en España ya no quedan. Seguimos siendo un país tercermundista.
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