1.32am, 12 de septiembre. Post-diada. He visto banderas en el parque dónde Jazmín juega cada día. Me cuesta entender porque enmerdamos a nuestros hijos en las luchas patrióticas, cuándo lo que tienen que hacer es pelearse por ver quién sube primero al tobogán.
Estoy escribiendo de nuevo en mi blog. Estoy algo perdido, quizá incluso confuso, y esto me devuelve aquí, a mi rincón. Cuándo me releo me gusto, me reconozco. En los últimos años, estas idas y venidas han sido constantes, aunque ha predominado el silencio. Y ese silencio es tiempo que he olvidado. Aprendí hace mucho que lo no escribo o fotografío, lo olvido. Pero ser atropellado por el tiempo, la vida, la rutina, tiene estas cosas, que uno se olvida de apuntar esas notas que le harán sonreír en un futuro no muy lejano.
Iba a decir que pasaré unos días dándole forma al blog a nivel de diseño, pero lo mismo el siguiente post es en 2017 o en 2020. Así que nada, a ver qué pasa esta vez (va, pasará lo de siempre…).