… víspera de resplandores.

Ayer intenté postear pero fue imposible. El caso es que, tras irme de aquí a las 15h hecho polvo, porque no conseguía reanimar el disco duro, recibí algunas llamadas y mensajes con ideas y apoyo, que me fueron muy bien (gracias, con amigos como todos los que os preocupasteis por el tema las cosas son mucho más fáciles).

Llegué a Can Krisis (gran nombre en un día de crisis) y volví a encender el ordenador de Núria, que tenía conectado el disco duro de una manera bastante lamentable, con cables ahi tirados en plan buscando el milagro.

Y llegó el milagro. Me detectó la D: (antes ya lo hacía), clické, y me mostró el contenido del disco… Rápidamente, conecté el disco duro externo, y comencé a copiar a muerte todos los mails, pensando que en cualquier momento, volvía a decir adiós… y así estuve 7 horas copiando contenido. De hecho, he acabado esta mañana.

El disco duro aguantó encendido como un campeón, hasta que todo estuvo copiado. Curiosamente, lo único que me dió problemas fue el archivo con todos los mails de los últimos meses. Al final, tuve que comprar un programita que me lo reparó, y también he recuperado todo eso. Es decir, que finalmente, el mal ha sido mínimo.

Hoy he procedido a cambiar de ordenador. Como Núria está currando de 8 a 17h y ya sólo viene por aquí con el portátil, me he quedado su ordenador, con lo que he pasado de un AMD a 1,5Ghz a un Pentium 4 a 2,0Ghz. Obviamente, el viejo lo he vaciado, y me he llevado todo, la tarjeta gráfica, la memoria, la tarjeta de sonido, los USB 2.0, el segundo disco duro… ahora tengo un pepinarro de ordenador bastante interesante, y un segundo ordenador que queda vacío a la espera de comprar un disco duro para instalarlo desde cero.

Comenzaré hoy las copias de seguridad, especialmente de todo el material antiguo, que es lo más delicado para mí, y al menos puedo seguir trabajando.

Así que el daño ha sido mínimo. No me explico como puedo haber tenido tanta suerte.