Es dificil resumir los 5 días que he pasado con The Appleseed Cast en unas pocas líneas. Las sensaciones han sido tantas y tan buenas, que es injusto tener que hacer un compendio de todo lo que ha pasado.
Soy fan de The Appleseed Cast desde no hace mucho tiempo. Los conocí a través de mis introductores en la música indierock, los Bloomington. El destino (más que nada, porque era al principio del sello y teníamos dinero) hizo que Aloud Music editará «Two Conversations». Fue el primer disco del grupo editado en España, y los puso en boca de mucha gente. Está claro que algunos ya los conocían, pero nuestro trabajo de promoción y los conciertos en Madrid y Barcelona (más de 600 personas) les hicieron, al menos, un poco conocidos.
Para esta gira, el manager europeo confió en nosotros. Y aprovechando que uno sigue en el paro, pedí poder ir de gira con ellos, y me dijeron que sí: 5 días peregrinando la peninsula con un grupo al que admiro mucho.
El jueves en el Primavera, ví de nuevo a Dennis, tourmanager de la banda. Muy majo. Estuvo viendo a algunos grupos, y comprobando que el festival era realmente importante.
A la banda la volví a ver el viernes en la prueba de sonido. No me reconocieron (la barba y las pintas de «El Naufrago» ayudaron). Cuando acabaron la prueba, entré en el camerino a saludar. Fue curioso, porque se alegraron de verme los 3 que ya conocía (Marc, Chris y Aaron), pero el más simpático fue el nuevo batería, Nathan «Jr.». Después llegó el concierto, y con él las primeras emociones: no sé cuanta gente había, pero muchos cantaban las canciones. Era genial ver a esa gente disfrutar gracias a nuestro empeño. Nadie sabe lo que costó meter a The Appleseed Cast en el festival, pero todo ese esfuerzo valió la pena al verlos allí subidos y a la gente tan contenta.
Tras el festival, Nathan se emborrachó (mucho) y comenzó a vacilarme, siempre de buen rollo. Allí comprobé que iba a tener muchos problemas para entenderlo, porque hablaba con un acento que no entendía. Además, hablaba muy rápido.
Esa primera noche, para ganar tiempo en nuestra ruta hasta A Coruña, dormíamos en Burgos. Estaba previsto salir de Barcelona a las 19h, pero salimos a las 22.30h. Por lo tanto, llegamos a Burgos a las 5 de la mañana. En el viaje, la banda veian DVD´s de «Padre de familia», una serie que es un exitazo en EEUU. Especialmente el batería, con la borrachera, se moría de la risa. Además, se sabía todos los diálogos… El DVD lo veian en la tele que llevaba instalada la furgo. Además, llevaban GPS incluido en la radio, Playstations (míticas mis partidas al juego de Hockey, rememorando los tiempos del NHL’ 93…)…
Tras dormir en Burgos, el día siguiente viajamos a A Coruña. Allí, nos recibió Antonio y el equipo del Playa Club. Si con 12twelve el trato fue bueno, ésta vez fue exquisito. Muy buena gente. La sala no suena muy bien, pero eso no nos impidió ver un gran concierto. Abrieron Drama, la banda de Guille, el hermano de Pablo, que programaba el Camawey y que mueve el cotarro indie-rock en buena parte de Galicia. Me hizo ilusión conocerle y volver a ver a Guille.
Durante el concierto, los Drama y sus amigos animaron mucho el cotarro, gritando los temas, y bailando muchos de ellos. Grabé buena parte del bolo, y en minidisc todo el concierto. Tras el bolo, algunos se fueron al hotel, y otros (Chris, Marc, Nathan y yo) decidimos salir de marcha. Marc y Nathan se retiraron rápido, y Chris y yo volvimos al Playa Club. Fue una noche de ensueño, en la que Chris me explicó muchas cosas del grupo y en la que él aprendió mucho español. La verdad es que acabamos muy muy muy borrachos, hablando del cósmos, de energías, del grupo… fue como un sueño hecho realidad. Esa noche entendí muchas de sus letras, y muchas de las cosas que los han llevado hasta «Peregrine». Inolvidable, porque le admiro mucho. Es una influencia muy clara en todo, y me gustó ver que eramos muy parecidos en algunas cosas…
El día siguiente, con resaca y sobretodo con cansancio, viajamos a Porto. Era mi primera vez en Portugal, y me hacía ilusión. Lo cierto es que el concierto en «O Meu Mercedes» fue muy flojo en cuanto a público, pero genial en cuanto a trato. José (el doble de Dominique A) y su equipo se portaron maravillosamente con el grupo. Ojalá pueda volver pronto con cualquiera de las bandas que movemos, porque la sala es preciosa, y la ciudad, sin duda, la mejor de toda la gira. Cenamos al lado de un río, con unas vistas increibles, y bueno, lo dicho, tengo que volver cuanto antes.
Así llegamos a Don Benito. Durante días, les estuve avisando de que Don Benito era especial. Que no sabía explicarles porqué, pero ese iba a ser el mejor concierto de la gira… no lo fue en cuanto a calidad musical (ese fue Madrid) se refiere, pero sí en diversión. Además de otra cena mítica, el post-concierto hizo historia. Acabamos en el Rincón Pío Sound, al que me hacía mucha ilusión ir, y lo que vivimos allí fue simplemente inolvidable. El tablero de ajedrez firmado con la frase: «Aquí perdieron los Appleseed Cast» habla por si sólo… Una vez más, increible Yiye, el mejor promotor no profesional del mundo. Se podrían contar muchas cosas de esa noche, pero quedan guardadas para los que la vivimos… Sí que se puede contar que allí pude ver a algunos de mis mejores amigos, como los Bloomington al completo, o como la chica que me llama «pequeño ratón» a la que quiero muchísimo.
Madrid era el último día. Tardamos hora y media en llegar a la sala por las obras (llevaban GPS en la furgo, pero las calles estaban cortadas y se volvía loco), pero tras ese pequeño contratiempo, todo fue rodado. Hubo menos gente que la otra vez, pero lo cierto es que dió igual. La banda salió diferente, mucho más metida en el bolo y haciendo temas que no habían tocado en la gira. A la gente le gustó mucho. Antes, los Nothink habían hecho media hora de contundencia tremenda, que demostró que son realmente grandes.
Durante el concierto, se hizo patente que la cosa se acababa. En «Peregrine» me emocioné, y en «Fight song» se me cayó alguna lagrimilla. La hora de la despedida fue, cuanto menos, triste. Nathan estaba tocado y se despidió hasta 3 veces de mí. En el fondo, era el más americano (el típico americano), pero también el más amable, y nos hicimos amigos de verdad porque le ayudé en muchos momentos y hablamos mucho mucho. Con él tuvimos las mejores risas, cuando hablábamos de sus ronquidos o cuando nos contaba cosas de Nevada, Reno… Con Aaron, guitarra, también hubieron palabras amables, sobretodo cuando él me hablaba de su admiración por Sunny Day Real Estate, mientras yo le decía que eso que él había sentido por SDRE, lo sentía yo por The Appleseed Cast. Se emocionó mucho. Por cierto, Aaron viajó acompañado por Regan, su novia, una tía estupenda con la que también hablé mucho…
Y así acabó el viaje. Ha sido importante a nivel personal, por muchas razones: porque he aprendido a hablar y a entender el inglés de una manera mucho más fluida que cuando comenzó el viaje, porque uno de mis grupos favoritos son ahora mis amigos, porque he entendido el porqué de algunas de las canciones que más me gustan, … por muchas cosas, ésta gira será inolvidable. Obviamente, esto ha sido un resumen muy muy cortito, con algunas partes ‘censuradas’, y con muchas cosas que se habrán quedado en el olvido. Pero lo que está claro es que llevaré estos 5 días en mi corazón por mucho tiempo…
Gracias amigos.
6 Comments
Me tienes que contar lo que te contó Chris en A Coruña. Sabes que me interesará mucho, mucho. En fight song yo también solté alguna lagrimita. Son grandes, a pesar de que el vinilo no esté todo lo bien prensado que sería necesario. 🙁
Ayer vi a The Appleseed cast en Barakaldo, yo no les conocia pero flipe.Me parecierón muy buenos, que suerte que les hayas podido conocer y saber el porque de esas letras tan intensas.
grande nano!!!
tio eres el emo-man más emo de la historia de este país dios mio!!!!!
saludillos!
Siento envidia al leerte. Ayer no pude ir a verles a Barakaldo y bien que me jode.
Que bonito…
El mejor concierto que he visto en años. Vaya viaje!!!