Vaya vaya con los días en Madrid… desde el viaje con (lo:muêso) en furgo, al concierto demoledor, mi subida al escenario, la venta de cd´s, la fiesta posterior, Virginia, las pizzas y hamburguesas de las 6 de la mañana, las charlas con mi hermana y mi cuñao, escuchar a Decapante, las reuniones en El Diablo, la visita a CD-Drome, los doners, el momento «envidio a Dock» y el viaje con Ainara, los nervios pre-aniversario, la producción perfecta, las 309 personas que pagan y las 400 que llenan la sala, el conciertazo histórico de Peluze, el buen momento de Nothink, la pequeña decepción salpicada de grandes temas de Experience, el desayuno en el aeropuerto…

Me gusta Madrid, cada día más. Hace unos meses odiaba la ciudad, y ahora es posiblemente (en lo musical) mi ciudad favorita. Lo que son las cosas.